13 abr 2012
Me diste tu cariño
y fue mi mayor obsequio,
lo recibí en mis brazos
dejando fuera
toda clase de nostalgias
y falsas esperanzas.
Mas allá de las miradas
del cinismo envidioso,
de la razón que nos une.
Tu eres la causa
de mis sonrisas sin razón,
de mis aireadas carcajadas,
de mis largas miradas
al horizonte.
A tu lado,
mi alma se llena
de felicidad,
y mi vida es completamente bella.
Adorne mi lecho
con la piel de nuestros
cuerpos entregados
a la noche que nos envolvió
con melodias causales
de esta adoración.
En un tiempo que compartimos,
sin valernos de las horas,
solo unidos por la intensidad,
por el lazo de la eternidad.
Y yo te entregue
lo único valioso
lo bendito por los cielos,
mis besos,
mis caricias.
Y en los cielos,
te llevas el origen
de este amor,
predicado en cada espacio
habitado por nuestro aliento de vida.
Te llevo cada día,
en las tardes
en mis sueños
por mis noches.
En un abrazo
que no se deshace
que se estrecha
con la ausencia
y se fusiona en la memoria.
Mi cariño.
Mi adorable amor.
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