1 mar 2012
Tu rostro dulce, acomodado en mi pecho
tu cálida piel rozando mi ser.
No existe momento que se equipare
a este instante con el resto,
donde el silencio
es la cuna de tus sueños,
y mis brazos ofrecen la seguridad a ellos.
Sueña mi pequeña, juega sueños
de infancia.
Sueña la fantasía aniñada,
de ser mi pequeña adorada.
Deja que mi caricia
acomode tu pelo y
no interrumpa tu vuelo
entre nubes de algodón de azúcar
y columpios que alcancen tu cielo.
Duerme mi niña de pelo lacio
de piel de hada, luz encantada.
Que nada espante tu armonía
tu serenidad es la paz
que mi corazón ansia en la noche.
Duerme hada de manitas suaves,
enredadas en las mías.
La dulzura que emanas
tus sueños alcances
mi niña,
mi pequeña hada
es mi sueño de madre.
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