28 ene 2011

Reencuentro

Entrecierro ya mis ojos,
inestable entre el sueño y la realidad;
poco a poco me voy entregando
a la dulce calma de la noche.
El silencio cuadra con la soledad,
se funden en la eternidad de una sensación
por momentos interminable.
Ayyy, y el costado vacío
persistente en el tiempo,
nada complementa mis noches
como los recuerdos
aun nítidos en mi mente.
Te amo ausente.
Te siento en la tibieza
de mi aliento
alguna vez compartido.
Lo se.
Lo acepto.
Y al final
vuelvo a sentir la soledad.

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