Clave la mirada,
en el punto donde se unen
la fuerza de tu esencia,
con la inercia de mi alma;
presente en el espacio sublime del universo.
Tendida boca arriba,
tratando de penetrar la profundidad
de lo infinito,
con los pensamientos errantes.
Allí donde convergen,
la fantasía, con el ideal de la realidad,
donde se confunden las emociones,
volviendo casi nefasta la existencia propia.
Volcada sobre mi misma,
extrañando el aroma de los besos,
besos aislados en la memoria.
Caricias atrapadas en un laberinto
de profundos amores.
Yace débil mi cuerpo,
casi suplicante,
exhorta a mi ser a dejar a un costado,
la faceta doliente vivida, sufrida en el pasado,
no tan lejano a las heridas, aun latentes en el espíritu.
Quiero que mi voz se haga eco,
de la esperanza renovada,
algo dentro grita punzante
por resurgir.
Grita el alma,
se agita el pecho,
se estremece la piel,
con la brisa de la noche.
Quiéreme entre el punto donde me hallas,
entre la razón y el delirio.
Amame como si no dejaran de existir
el tiempo y el espacio.
Donde solo tu y yo
sean solo la necesidad de nuestra existencia.
Quiereme,
entre la luz que vislumbra mi camino,
y las penumbras que hacen tropezar mi juicio.
Amame y limitate a darme la razon como a los locos.
Grita el alma en los latidos,
roza tu piel a la mia,
seamos uno en un instante,
calderos de un encuentro de pasion, tan esperado.
Vibrante mi mente se entrecruza,
con el sentimiento emanado en el corazon.
Quiereme.
Quiereme donde me hallas,
en el filo de la razon y el delirio,
loca de amor al fin,
sin limites.
Alli buscame,
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