Con la historia en pleno curso,
abriendo pasos en su camino,
cerrando senderos sin descanso.
Ahuyentando miedos,
alejando espantos de misterios
que tratan de nublar el destino.
Mostrando la esencia de la cual
ha nacido el alma,
sin dejarse vencer por intolerancias
ni pausas nebulosas entre mentes.
Camina entre piedras, algunas punzantes,
dejando muestras de humanidad
en la base terrenal por la que arrastro seguridad.
Nada más puede hacer temblar la serenidad
que alberga el sueño por llegar.
Puerto al que quiero anclar mi nave,
construida con esperanzas, ilusiones
y experiencias de vida atesoradas.
Puesta de noche, silencio vibrante
entreabierto en el monologo
de un día venidero, pleno de blancas y espaciosas
hojas por llenar,
escribir, grabar, dibujar el Universo.
Cruzando miradas, observando los seños de la gente
Que al pasar, dejan su sello y se van,
Seres que amados hacen huella imposible de borrar.
Ante la constante presencia de imágenes,
Sabio es al pensar el corazón, latiendo la voz,
Haciendo eco de su soledad raída,
Haciendo añicos el pesar, dejarlo atrás.
Subitamente se va acercando,
la necesidad de envolver los sentimientos
en un manto de espejismos,
calmar el instante, congelar el momento
para que no se escape,
lo imaginario que esconde la penumbra.
Marcha al compas la heredera presente
del hoy ante el amanecer,
muere la noche bordada de recuerdos.
Sin pausas, se prolonga la escritura ajena
a los tiempos.
Monologo nocturno del pasaje que va labrando
entre palabras unidas de manera espaciada y
quizas sin sentido,
con sencillez plasmada en cada segundo impreso.
Nada se escribe al azar,
existe un orden entre el espacio vacio y el lleno que se presenta.
Marcha la historia,
el pasado trastabilla y atras de soslayo
se queda,
el hoy lento y cansado, aun firme;
deja fragmentos para construir
la fuerza con la que se asoma un nuevo amanecer,
dia aun ciego.
En marcha... hacia el futuro.
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